La preservación de la fertilidad es la posibilidad de guardar o preservar, mediante técnicas de congelación, las células reproductoras masculinas (espermatozoides) o femeninas (óvulos), según las necesidades. La finalidad es poder utilizarlas más adelante y, mediante una técnica de reproducción asistida, mantener la oportunidad de tener descendencia, ya sea por prescripción médica o por razones personales.
La congelación de espermatozoides y de tejido testicular es una práctica muy común desde hace años. Recientemente, y gracias a los avances de las técnicas de vitrificación, también es posible congelar los óvulos con unas elevadas tasas de supervivencia.