La edad condiciona en gran parte la fertilidad de la mujer.
En el momento de nacer, la mujer dispone de la dotación máxima de óvulos (ovocitos) en los ovarios. El número de estos ovocitos va disminuyendo a lo largo de la vida, de forma que, alrededor de los 50 años, el 80% de las mujeres ya han agotado su reserva ovárica, llegando la menopausia.
La fertilidad de la mujer se mantiene estable hasta los 35 años mientras que, a partir de los 38 años, disminuye considerablemente, al mismo tiempo que también se reduce la calidad de los ovocitos (incrementa la frecuencia y la cantidad de anomalías cromosómicas que, en el caso de ser fecundados, dan lugar a embriones con baja capacidad de implantación y/o elevada tasa de aborto).
La valoración de la reserva ovárica de la mujer ofrece una información muy importante a la hora de indicar cuál es el tratamiento más oportuno.
El ciclo ovárico tiene una función primordial para conseguir el embarazo.
Durante el ciclo ovárico se produce la ovulación y la preparación del endometrio para hacerlo receptivo a los embriones. El ciclo dura unos 28 días (entre 25 y 30 días en la mayor parte de las mujeres), mientes que la ovulación tiene lugar a la mitad del ciclo: el día 14 aproximadamente.
Irregularidades del ciclo menstrual:
Polimenorrea: ciclos menstruales de menos de 21 días.
Oligomenorrea: ciclos menstruales de más de 35 días hasta 6 meses
Amenorrea primaria: nunca se ha tenido la menstruación.
Amenorrea secundaria: no se tiene la menstruación en un período de mínimo 6 meses. Puede ser debido al síndrome de ovario poliquístico, alteraciones alimentarias (anorexia y bulimia), practica de deportes de élite, hiperprolactinemia, o por alteraciones genéticas.
Anovulación: no se libera el ovocito hacia las trompas, ya sea porque no se ha formado o porqué no ha llegado a la madurez necesaria. Este trastorno puede ser causado por alteraciones en los niveles de las hormonas ováricas (estradiol, progesterona), del sistema hipotálamo-hipofisario (GnRH, FSH, LH, prolactina, etc) o de tiroides (TSH).
La anovulación se da en un 25% de los casos y es una de las causas con mejor pronóstico una vez se ha establecido el diagnóstico y el tratamiento.
Conocido también como insuficiencia ovárica precoz, se caracteriza por el paro de la actividad del ovario de forma prematura, antes de los 40 años. Afecta aproximadamente al 1-4% de las mujeres en edad fértil.
Las causas que lo producen pueden ser genéticas (como es el caso del síndrome de Turner o X-frágil), hereditarias, alteraciones enzimáticas, enfermedades autoinmunes, o después de haber recibido tratamientos de quimioterapia o radioterapia.
El síndrome del ovario poliquístico (SOP) es la causa más frecuente de alteraciones del ciclo menstrual en la mujer. Se da en un 4-7% de las mujeres en edad reproductiva. Se caracteriza por la presencia de dos o más de los siguientes criterios:
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Ciclos irregulares asociados con problemas de ovulación.
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Morfología ovárica con presencia de numerosos folículos y frecuentemente con una alteración de los niveles de las hormonas FSH y LH.
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Exceso de la actividad androgénica.
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Anomalías del metabolismo de la glucosa y la insulina.
Esta patología engloba una amplia gamma de manifestaciones: desde las mujeres con menstruaciones regulares y apariencia física normal hasta casos más severos, con ausencia de menstruación, hirsutismo, acné y obesidad.
Enfermedad benigna que afecta a muchas pacientes en edad reproductiva. Consiste en la aparición y el crecimiento de tejido endometrial (capa que recubre el interior del útero) fuera de la cavidad uterina. Lo más frecuente es que aparezca en la cavidad pelviana (ovarios, trompas, detrás del útero, intestinos, o en la vejiga urinaria) y, en menor frecuencia, fuera del abdomen.
Aunque sus causas no son del todo conocidas, la endometriosis se asocia a una causa de esterilidad en un 20% de los casos.
Se produce cuando las trompas de Falopio, los conductos encargados de llevar los espermatozoides hacia el óvulo y hacerlo llegar al útero una vez fecundado, presentan algún tipo de lesión, ya sea un bloqueo o una adherencia que impide su buen funcionamiento. Este hecho conlleva una disminución o la incapacidad total de la gestación.
Las causas principales que dan lugar a una obstrucción tubárica son las de origen infeccioso causadas por gérmenes como la gonorrea o la clamidia, hidrosalpinx (acumulación de líquido al interior de las trompas), o por efectos de la endometriosis.
El factor tubárico es la causa del 25% de los casos de esterilidad femenina.
Patología congénita que afecta un 5% de la población general. Es producida básicamente por un desarrollo anormal de los conductos Mullerianos durante el proceso embrionario, aunque también se puede asociar a otras malformaciones genitales, urológicas o rectales.
Hay distintas malformaciones uterinas, aunque las más frecuentes son la del útero septado y el útero bicorne.
La presencia de miomas o pólipos y la presencia de adherencias intrauterinas también pueden afectar a la receptividad endometrial de los embriones.
Alteraciones genéticas del cromosoma X, como son deleciones o translocaciones del cromosoma X, o cariotipo anormal, como es el caso del síndrome de Turner (XO).
Son los casos en que se han practicado distintos tratamientos de fecundación in vitro (FIV) sin éxito. Las causas más frecuentes son la falta de estimulación ovárica, fallo de fecundación, o falta de implantación embrionaria, entre otros.
Se considera una paciente con abortos de repetición cuando ha sufrido dos o más veces la pérdida prematura y espontánea del embarazo durante el primer trimestre.